domingo, 8 de noviembre de 2009

DESPEDIDA


DESPEDIDA

Ya los días se acercan, el tiempo corre y no podemos hacer nada, solo quedara el recuerdo de todos esos bellos momentos compartidos en nuestros corazones y con el pasar de los años serán huellas imborrables.

El colegio es la etapa mas hermosa de nuestras vidas porque es aquí donde se cosechan las mejores amistades y la que tenemos que vivir al máximo, disfrutar cada momento que pasa ya sea buena o mala; pero sobre todo, donde nos orientan hacia un mejor futuro.

Lleven siempre en alto el nombre de nuestra institución que fue como nuestro segundo hogar y a todos los docentes porque nos formaron con valores y principios y dieron lo mejor de ellos para que tuviéramos una formación excelente, de verdad muchas gracias profesores...

Chiquitas hoy solo les digo que luchen por sus sueños, no permitan que se derrumben por cualquier obstáculo que se presente, siempre con la cabeza en alto no desfallezcan. La vida no se acaba por cualquier problemita, hay que seguir....... porque pa'lante es pa'ya. Les deseo los mejores éxitos en sus vidas y nunca me olviden

¡LAS QUIERO RESTO!.....

LIZETH NOVOA......


Tolerancia

Puesto que yo soy imperfecto y necesito la tolerancia y la bondad de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerles remedio.

La sociedad contemporánea debe estar fundada sobre una cultura de la tolerancia, el pluralismo ideológico y el respeto por la diferencia, la facultad de pensar distinto de los demás sin tener que asesinar al otro para imponer una idea, una causa o una razón.

Una cultura de la tolerancia nos permitirá pensar una sociedad abierta, democrática, pluralista y participativa que realice los sueños y la imaginación de los hombres con todas sus potencialidades y audacias desde las diferentes perspectivas de pensar la sociedad, la realidad, el mundo y la vida.

Desde las diferentes perspectivas de pensar la vida se hace más humana y sensible fundar una sociedad basada en la defensa de los derechos humanos como un proyecto político que permita consolidar en la sociedad la vida como el estado más natural y necesario para fundar la posibilidad de una utopía en la sociedad, construida desde un pluralismo político - ideológico para el consenso como un "nuevo discurso filosófico de la modernidad", en una acción orientada al entendimiento para la creación de espacios de consenso y participación.

Simbolo de la ToleranciaUn diálogo para la tolerancia implica fundar una sociedad con capacidad de lenguaje y diálogo para que armonice en el mundo. La relación de los individuos en la sociedad tiene que darse sobre la base de que el mundo no se divide en blanco y negro, la vida tiene muchos matices y perspectivas sobre lo mismo y en donde quiera que cada individuo se sitúe, siempre es posible pensar dentro de una "racionalidad comunicativa" acaso no mediada por una "acción estratégica" para la búsqueda de un acuerdo con un mínimo de entendimiento para que la interacción de la sociedad y los individuos tenga sentido.

La dictadura del pensamiento lleva a pensar la realidad y la sociedad desde una sola perspectiva que fomenta formas autoritarias y unilaterales que recortan los procesos de desarrollo y limitan la posibilidad de explorar otras formas para la convivencia y la creación de nuevos modelos para la economía y la política, creando la sociedad radical donde el ejercicio del poder está fundado sobre la perspectiva del partido o el primer ministro.

En Habermas, cultura es el acervo de saber del que los agentes, al extenderse en la acción comunicativa sobre algo en el mundo, se proveen de interpretaciones susceptibles de consenso y la sociedad, como componente del mundo de la vida, a los órdenes legítimos de donde los agentes al entablar relaciones interpersonales extraen una solidaridad apoyada en pertenencia a grupos.

Una cultura de la tolerancia en la sociedad garantiza el no surgimiento de la violencia de la intolerancia conformada por el sicariato y los escuadrones de la muerte, que niegan la posibilidad de pensar la vida y la realidad desde otras perspectivas que no sean las de la defensa de los valores tradicionales del establecimiento que son tenidos como valores sacrosantos y perpetuos para la existencia de su denominado "mundo libre".

Ahora bien, una cultura de la tolerancia tendría sus propios límites en el marco de la existencia de la sociedad que desarrolla esta cultura de lo humano, porque en el ámbito de lo político o en lo económico pueden surgir formas autoritarias que no aseguran el ejercicio de la tolerancia. Las dictaduras políticas y económicas generan intolerancia hacia otras formas más humanas de orientar la sociedad.

Si la humanidad hubiese sido tolerante con la maquinaria de muerte y terror que fue el Nacionalsocialismo, el mundo se hubiese convertido en un campo de concentración y una "raza" que se postulaba como "superior" hubiese generado los más atroces experimentos de laboratorio para su creación y la socialización dentro del nuevo orden del poder, como efectivamente se intentó realizar.

Generosidad

Aunque resulte chocante, generoso es el que genera, es decir el que engendra. La palabra la inventaron los romanos. Generosus significa en primer lugar "de buena raza" (genus / generis), y en segundo lugar, "prolífico", "fecundo"; porque esa es la virtud esencial de una raza: su calidad y abundancia de reproducción. Una vaca generosa es la que da muchos y buenos terneros, y abundante leche. (Por cierto, la exuberancia es propia de la leche. Viene de ubre; "exuberar" significa "ser la leche tan abundante que se sale de (ex) las ubres"). Este adjetivo fue inventado, en efecto, para aplicárselo a los animales. Luego se aplicó al hombre, pasando pronto a los significados metafóricos, que finalmente desplazaron a los primitivos.

Lo cierto es que incluso desde el significado "humano" que hemos asignado al término generar, engendrar acaba convirtiéndose en un acto de generosidad, pues resultado inevitable del mismo, es tener que repartir el hábitat y sus recursos con los que de esa actividad nacen. Pero, he ahí la gran paradoja: esta especie de generosidad repercute a la larga en beneficio del que la practica. Al compartir su vida y sus recursos vitales, está dilatando su propia vida. El animal feudatario de una especie superior, porque en la proporción en que crecen los individuos del grupo, decrecen las posibilidades individuales de ser devorado; y en la especie humana, feudataria de sí misma, porque gracias a la generosidad practicada en la juventud, al compartir vida y recursos con los hijos, se obtiene de ellos la prolongación de la vida de los padres durante un largo período terminal en que éstos ya no son capaces de proveer a su sustentación. Sin generación, es decir sin generosidad es imposible la jubilación y ni tan siquiera la vejez.

Nueva paradoja: ayer individualmente (cuando quien proveía las pensiones era la familia), y hoy colectivamente (porque las pensiones las provee el Estado, con independencia de los hijos que haya tenido cada uno), la longevidad depende de la generosidad. Una sociedad que se niegue a practicar la generosidad, es decir, que se niegue a reproducirse, está acortando los años de vida de cada uno de sus individuos. A no ser que transfiera a otros pueblos la función reproductora, es decir el ejercicio de la generosidad, en cuyo caso quizá se libre la presente generación pero no la siguiente, de los conflictos por la posesión de la tierra. Lo que no puede ser, y se paga carísimo, es querer beneficiarse simultáneamente de la falta casi absoluta de generosidad, y luego querer poseer en paz la tierra que has tenido que labrar con brazos ajenos para sustentar tu vejez.

Quien quiera vida, ha de dar vida. Esta es una primera ley de la Naturaleza, tan inexorable como la ley de la gravitación universal. Y una segunda ley: quien no ocupe su territorio con el fruto de su generosidad, tendrá que aceptar que otros llenen el hueco. Y una tercera: en la Naturaleza, todas las especies sacrifican una parte de sí mismas a la especie superior en la guerra de desgaste de cada día. En la especie humana algunos pueblos y algunas épocas optan por esta solución.


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